Un recorrido virtual invita a conocer los tesoros de la Villa de París en La Paz

Un recorrido virtual a la Villa de París, es la nueva oferta del Museo Nacional de Arte (MNA), dependiente de la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia (FC-BCB). La invitación, que se realiza por redes sociales, ofrece una vista de 360 grados de esta casona señorial ubicada en La Paz mediante la herramienta para edición de realidad virtual Kuula.

Este recorrido permite a todos los usuarios ingresar a la casona, pasear por cada uno de los ambientes y observar los últimos retoques de su restauración; de esa manera, se podrá apreciar incluso a los conservadores durante el proceso de recuperación de los elementos líticos (portada, arquería, columnas y otros), además de los sorprendentes murales originales, únicos en su género, descubiertos en las paredes de las salas principales.

«El producto fue pensado y creado con el fin de convocar la atención de los visitantes internautas, tanto del interior del país como de otros países y continentes», reseña un boletín del MNA.

El editor Kuula ayudará al internauta a vivir la experiencia sin salir de su ordenador, interactuar de manera circular y panorámica con todo el espacio disponible para su movimiento y contar con un tiempo sin límite para saciar su curiosidad.

La construcción, hecha al estilo barroco andino tiene elementos provenientes de Tiwanaku, entre ellas piedras y algunos tallados.

Origen

La casona le debe su nombre al surgimiento de un negocio de telas y confecciones que se denominó Villa de París, por esa razón se conserva hasta nuestros días.

El objetivo es compartir la información, las historias generadas a partir de la construcción de la Villa de París, que terminó en 1768 por expertos artesanos indígenas para que sea la vivienda de Francisco Tadeo Diez de Medina, integrante de la clase dominante y con un fuerte poder político en esa época.

El MNA señala que durante dos siglos esta infraestructura transitó por muchas intervenciones ordenadas por propietarios que pasaron por ella y que construyeron pisos, tabiques, y empapelaron muros.

La casona llegó a ser lugar para el comercio de coca y otros productos, negocio de telas y sastrería fina, oficinas compartidas por notarios, abogados y actuarios, hasta un negocio de comida rápida y pollos al aceite. A consecuencia de ello, la casona sufrió profundos deterioros.

Sin embargo, desde 2014, el MNA, con fondos de la FCBCB y de la Cooperación española AECID, lleva adelante la restauración de la Villa de París en cuatro fases. Actualmente ya está habilitada para albergar obras de arte y cumplir la función más acorde con su belleza arquitectónica: la de museo de arte.