La bolivianización es fuerte y ya traspasa las fronteras
Ante un escenario inflacionario desafiante y la persistente depreciación del peso, los argentinos optan desde hace cinco años por la compra de bolivianos.

Un escenario de alta inflación y una devaluación constante llevan a los argentinos a buscar refugio en la estabilidad del peso boliviano. En la norteña ciudad de La Quiaca, paso de frontera entre Argentina y Bolivia, los residentes ahora prefieren comprar pesos no solo para el movimiento comercial sino también para el ahorro familiar.
De acuerdo a una nota publicada por Bloomberg en Línea, “Ni en dólares ni en pesos argentinos: en el norte ya se ahorra en moneda boliviana”, se refleja que “ante un escenario inflacionario desafiante y la persistente depreciación del peso”, los argentinos optan desde ya hace cinco años por la compra de (pesos) bolivianos.
La gente advierte que se trata de un proceso cíclico, frente a la debilidad de la moneda nacional también crece la demanda de pesos bolivianos para comprar bienes en Argentina, en precios que pueden llegar a ser hasta un 50% más baratos.
Según el analista Fernando Chuquimia, este fenómeno “es una clara muestra de que la bolivianización (…) la fortaleza de nuestra moneda está traspasando las fronteras. Los argentinos están prefiriendo recurrir cambiar toda su moneda por el boliviano”.
Lo que pasa es que este agente económico argentino al no tener certidumbre por lo que pasa con su moneda (depreciación) prefiere la moneda boliviana.
Según el analista, uno de los principales factores para este fenómeno —de preferir a nuestra moneda— es “justamente la fortaleza del (peso) boliviano, ya que en los últimos años el tipo de cambio se ha mantenido estable a diferencia del peso argentino”.
“En los últimos años en Bolivia el tipo de cambio se ha mantenido estable y eso ha dado una mayor certeza a los agentes económicos para su toma de decisiones, es el caso argentino que esta pasando todo lo contrario”, dijo.
En el caso de Argentina se ve un escenario con una alta inflación y con una constante depreciación de su moneda nacional.
“No debemos olvidar que en lo que respecta a la región es Argentina el país más golpeado por la alta inflación. El FMI en su perspectiva ha catalogado como uno de los países que tendrá una de las inflaciones más altas para esta gestión con alrededor del 51%”.
Por ejemplo, el año pasado en junio un dólar americano costaba 95,47 pesos argentinos y ahora (2022) según el Banco Central de Argentina ese mismo dólar cuesta 125,98 pesos, es decir que hubo una variación interanual de unos 30 pesos de incremento. Y si uno hace el mismo ejercicio con relación al peso boliviano se encuentra con que la diferencia es mínima con solo de cuatro bolivianos de incremento en esta variación interanual.