Se estrenó en Sucre la Ópera sobre la vida y obra de la poeta Matilde Casazola
Compuesta por Cergio Prudencio y escrita por seis autoras a la cabeza de Magela Baudoin, la obra se estrenó en el Festival Internacional Música para Respirar, que concluye hoy en Sucre.

La vida y la obra de la poeta y cantautora boliviana Matilde Casazola (Sucre, 1942) dieron a luz a una nueva criatura, la “Mati”, una “muchacha punk” que es protagonista absoluta de la más reciente ópera boliviana estrenada en el Festival Internacional Música para Respirar, que se cierra hoy en Sucre.
La mezzosoprano Paola Alcócer dio vida y voz a la adolescente rebelde y “mal vestida” que se apropió durante las dos últimas noches del histórico teatro Gran Mariscal de Ayacucho, principal recinto escénico de la capital boliviana. La cantante lírica se presentó custodiada por un grupo orquestal de cámara, integrado por siete músicos nacionales e internacionales, todos dirigidos por el boliviano Cergio Prudencio, también compositor de la partitura de “Matilde: En las ojeras de la noche”.
El “unipersonal” de la cantante boliviana se sirvió del libreto escrito por las autoras Magela Baudoin, Alba Balderrama, Denisse Arancibia, Ros Amils, Adriana Lea Plaza y Paola Senseve, quienes, más que recorrer la biografía artística de Casazola, invocan su obra poética para imaginar la historia de una chica en busca de una voz propia.
Alcócer pone en escena los dilemas del acto creativo, cuestiona el sentido de la escritura, interroga el lugar de lo divino, se rebela contra los imperativos que rigen su existencia y aprende a convivir con los demonios que amenazan su coraje. Su voz, que unas veces canta, otras recita y hasta rapea, debe hacerse escuchar entre una música disonante y tensa, que configura un clima de aparente insolubilidad para sus tormentos. Solo la guitarra (ejecutada por Élodie Bouny), ese instrumento tan caro a la vena musical de Casazola, le confiere algunas notas de armonía al relato por lo demás furioso y apesadumbrado de la “Mati”.
La guitarra, esa suerte de extensión natural del cuerpo de la Casazola, es la imagen que hace inconfundible a la artista sucrense en las proyecciones que sobre el telón de fondo del escenario hicieron las veces de escenografía para la puesta en escena, en la que trabajaron Gonzalo Callejas y Alice Guimaráes (del Teatro de Los Andes), además de Carol Santana (video mapping). La octogenaria poeta asoma, también, mediante su voz leyendo algunos versos propios, mientras la “Mati” se confunde con la noche y el agua.
Y aunque fuera del libreto, Casazola irrumpió el viernes en el escenario del Gran Mariscal, al final de la obra de poco menos de 60 minutos, para recibir y acompañar la ovación del público (sucrense y llegado de otras ciudades del país), congregado a fin a rendir homenaje a la potencia creadora de la poesía –escrita, recitada, cantada– de la autora de “De regreso”.
Las dos funciones de estreno de “Matilde: En las ojeras de la noche” fueron el punto culminante del Festival Música para Respirar, que organizó en Sucre la Sociedad Boliviana de Música de Cámara del 25 de agosto al 3 de septiembre, con una abundante agenda de eventos musicales y una presencia importante de artistas de distintos orígenes.
Camila Barrientos y Bruno Lourensetto, los músicos a cargo de la producción, esperan que la misma pueda ser montada próximamente en escenarios internacionales.